Los cambios de color pueden clasificarse según los tipos de manchas que se presentan: las intrínsecas, que según su naturaleza pueden ser en congénitas, asociadas a alteraciones estructurales en el momento de formación del diente (Véase tema 2.5 2.5 Trastornos de la formación de la corona dental), y adquiridos, que pueden subdividirse en pre-eruptivos y post-eruptivas. Entre las pre-eruptivas, la más común es aquella debida al uso de tetraciclinas, y entre las post-eruptivas, los traumatismos dentales, asociados a la necrosis o no, suelen ser las etiologías más comunes. El otro grupo de manchas son las extrínsecas, que son pigmentos que se adhieren a la superficie a la superficie del diente y que provienen de la alimentación, una higiene oral deficiente, hábitos como el tabaco o por el uso de determinados productos como la clorhexidina.
En esta sección se describen cambios en el tono, el color o la translucidez de los dientes, debido a algunas causas específicas: alimentos, bebidas, tabaco, placa, cálculo, materiales de obturación, la necrosis pulpar o la hemorragia pulpar.
Los cambios de color se pueden dar en el tono y/o en la translucidez del diente, ya que el tejido adamantino es semipermeable permitiendo el paso total o parcial de algunas moléculas y puede gradualmente irse tiñendo a causa de diferentes factores externos como los alimentos, bebidas y el tabaco.
Los polifenoles, en específico los taninos por su composición química y sus propios “cromógenos” al entrar en contacto con el fluido salival pueden generar tinción de las superficies donde se fijan. Los taninos hidrolizables por ejemplo pueden dar una coloración café-amarillo y los taninos condensados pueden dar una coloración rojo-morado. Los taninos se encuentran en productos como café, té, vino, tomates, zanahorias y nicotina.
El cambio de color de un diente se divide en dos factores:
Los cambios de color por alimentos, bebidas y hábito tabáquico se encuentran dentro del grupo de los extrínsecos. El acumulo de estas sustancias es menor en aquellas zonas donde hay desgaste dental, en los puntos de contacto y superficies palatinas.
Para que los cambios de color por una fuente extrínseca se produzcan, es necesario que previamente se haya formado sobre la superficie dental la película adquirida. Sin esta estructura proteínica previa es imposible que se produzca el depósito de pigmentos.
Los cromógenos pueden tener contacto con la película adquirida a través de la saliva y después se fijan al esmalte a través de fuerzas electroestáticas. La adhesión se cree que ocurre a través de puentes de calcio. También se cree que los poros microscópicos del esmalte son una fuente de retención.
El color de la mancha dependerá de la fuente, ya sea alimento, bebida o el hábito tabáquico; pero también dependerá de cualquier otra acumulación o modificación química de las proteínas de la película. Del tabaco es importante mencionar a la nicotina y los productos del alquitrán (en el humo) como la fuente principal.
El uso habitual puede tornar las manchas más oscuras y difíciles de eliminar. Con el consumo prolongado, el colorante es capaz de asociarse al contenido orgánico del esmalte, transformándose en una coloración intrínseca, y oscureciendo de forma permanente el color del diente. Por otra parte, son capaces de afectar restauraciones dentales y dientes artificiales (de resina acrílica).
El café, té y alimentos ricos en taninos producen manchas severas y tenaces de tonos café y negro. Esas manchas, al igual que las causadas por alimentos de colores brillosos, son difíciles de remover de las fosas, fisuras, hendiduras y defectos del esmalte.
Son más comunes en la superficie vestibular de los molares maxilares y en la superficie lingual de los Incisivos, y menos frecuente en las superficies labiales de dientes anteriores.
El tabaco produce unas manchas que van de un marrón-amarillento a negro. Como se deben principalmente al producto de la combustión, se encuentran en el tercio cervical, afectando principalmente la superficie lingual. Las manchas por mascar tabaco son más oscuras.
Por la naturaleza de las fuentes de los cromogénos (dieta y hábito tabáquico), afecta de manera generalizada; sin embargo se localiza principalmente en zonas con poca autoclisis: tercio cervical, surcos profundos y zonas irregulares del esmalte.
Una vez detectadas a través del examen clínico, para determinar el tipo de fuente de las manchas y excluir otros tipos de cambios de color, se debe realizar una historia clínica del paciente que debería incluir:
Para diferencias las manchas extrínsecas de las intrínsecas se pueden usar un explorador o instrumentos afilados. La mancha extrínseca se puede eliminar mediante el uso de estos instrumentos, mientras que las intrínsecas no se puede eliminar.
En el estadio inicial pueden ser eliminados fácilmente con el cepillado. Después conforme estas manchas se vuelven tenaces y de difícil eliminación, será necesaria una limpieza profesional y posiblemente el uso de pastas abrasivas.
Con respecto a su prevención será importante tomar en cuenta las siguientes consideraciones:
En relación con la limpieza profesional, las consideraciones a tomar en cuenta son las siguientes: